Carta del obispo de
Sololá-Chimaltenango en el inicio del Año de la Fe
Panajachel, 5 de Octubre de 2012
Queridos sacerdotes, religiosos
y religiosas, seminaristas y laicos de nuestra diócesis:
El papa Benedicto XVI ha convocado a la Iglesia universal a celebrar y
vivir un año de la fe que da comienzo este próximo 11 de Octubre y que
culminará el domingo de Cristo Rey, 24 de Noviembre de 2013. Nuestra diócesis
se une con gozo a esta celebración del Año de la Fe que comienza en el 50
aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, que recuerda y celebra también
los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica y cuyo
inicio coincide también con la apertura de la Asamblea General del Sínodo de
los obispos sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe
cristiana.
El Año de la Fe es una invitación a todos nosotros a una auténtica y
renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo (PF 6). En nuestra
diócesis sentimos la urgencia de los apóstoles: Señor, auméntanos la fe (Lc
17,5) pero también sentimos el llamado para pedirle al Señor: purifica nuestra
fe. Por ello el Año de la Fe en nuestra diócesis abrirá en todas las parroquias
una serie de actividades e iniciativas para que este Año sea año de gracia y de
encuentro o reencuentro con el Señor. La fe es más que una tradición, una
costumbre o una vivencia personal. La fe cristiana está centralmente marcada
por un encuentro: el encuentro con Jesucristo vivo que es quien inicia y
consuma la fe (Hb 12,2). Ese encuentro con Jesucristo vivo puede estar
adormecido y hasta olvidado en muchos hermanos y es promover ese encuentro el
sentido central de las actividades diocesanas y parroquiales que se celebrarán
a lo largo del año.
Comenzaremos el Año de la Fe con una eucaristía que se celebrará en la
concatedral de Santa Ana en Chimaltenango el día 11 de Octubre a las 9 de la
mañana. A ella están convocados sacerdotes y seminaristas e invitados
religiosas y laicos que puedan participar. Ese inicio diocesano del Año de la
Fe en Chimaltenango se continuará con el inicio nacional del Año de la Fe que
tendrá lugar en el templo de San Francisco el Grande en Antigua Guatemala, en
donde se guardan los restos del Santo hermano Pedro de San José de Betancourt.
El Santo hermano Pedro, hace ya más de tres siglos, vivió una vida de fe
profunda, de caridad evangélica y de coherencia entre su inmensa fe y su santa
vida, constituyéndose por ello en ejemplo e intercesor para que los católicos
guatemaltecos superemos ese divorcio entre fe y vida de que habló el Beato Juan
Pablo II en su primera visita a nuestro país. Su última visita, anciano y
enfermo, fue para canonizar al Santo Hermano Pedro aquí, en Guatemala.
Una actividad importante que realizaremos durante este Año de la Fe será
una peregrinación diocesana con la reliquia insigne del Santo Hermano Pedro que
visitará todas las parroquias de la diócesis a partir del 7 de Diciembre del
año en curso.
En las parroquias se realizarán distintas iniciativas para que el Año de la
Fe sea una ocasión de gracia y de encuentro con el Señor Jesús.
Hace 50 años el beato Juan XXIII peregrinó a Loreto para confiarle a la
Virgen María ese Concilio que estaba por comenzar. También el papa Benedicto
XVI ha viajado de nuevo a Loreto para encomendar a la Virgen este Año de la Fe.
También nosotros nos confiamos en nuestra diócesis a la intercesión de la
Virgen, a quien recordamos en la escena de las bodas de Caná y de quien
escuchamos las palabras que se vuelven para nosotros guía y programa de nuestra
vida: Hagan lo que El les diga (Jn 2,5). Roguemos a la Virgen para que seamos
verdaderos discípulos de su Hijo, fieles a su palabra, en su Iglesia, hasta el
último día de nuestras vidas.
Con mi bendición,
+Gonzalo
de Villa sj
Obispo de Sololá-Chimaltenango
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