(La foto ha sido tomada del blog del padre Carlos Zet)
El día martes 24 de septiembre quedará grabado en el corazón y en la mente de los fieles de la nueva parroquia San Antonio de Padua, ubicada en San Antonio Nejapa, Acatenango, como un día memorable, porque Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, Obispo de la diócesis de Sololá-Chimaltenango, hizo realidad el deseo de estas buenas personas. He decidido escribir este artículo por muchos motivos, el primero: porque conozco muy bien San Antonio Nejapa, aunque soy originario de Barberena, Santa Rosa, desde los 10 años he vivido en Acatenango y mi familia trabaja en una finca cercana a San Antonio. Segundo: soy consciente que San Antonio es una comunidad viva, con mucha fe, además de ser una comunidad grande. Tercero: porque he escuchado el deseo de ellos de ser parroquia, como muy bien lo dice el artículo de erección parroquial, en el tiempo colonial ya fueron parroquia e incluso municipio, cuando Acatenango no existía como tal. En conclusión creo que ahora estarán agradecidos con Dios, yo que soy paisano de ellos, porque seguimos siendo acatecos, los encomiendo en mis oraciones y los felicito por haber logrado lo que tanto deseaban. Es una bendición para todo Acatenango porque hoy este municipio que hace pocos años no tenía ni siquiera un sacerdote que lo atendiera y era atendido desde Yepocapa o Patzicía, hoy cuenta con dos parroquias y por ende con dos párrocos, que podrán atender espiritualmente mejor a las personas. Gracias Monseñor Gonzalo y que Dios bendiga a nuestra diócesis y a las parroquias de Acatenango.
Saludos Geovanny, ánimo siempre.
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