Después de desaparecer unos días por motivo de trabajo, estudio, examenes, aquí estoy nuevamente, quiero compartir con ustedes algunos puntos sobre el sacerdocio, los desafíos que presenta la sociedad actual y algunos medios que la Iglesia nos ofrece para vivir apasionadamente nuestro ministerio.
¿QUÉ SIGNIFICA SER SACERDOTE?
Quiero abordar el tema del sacerdocio ministerial, teniendo claro que es una
vocación, una llamada divina, es decir una llamada de Dios, esperando que el
hombre le responda. Por eso inicio preguntando ¿qué significa ser sacerdote? Y
la respuesta la encuentro en los documentos del Magisterio de la Iglesia, ser sacerdote significa “configurarse con Jesucristo, en
cuanto Cabeza y Pastor de la Iglesia”[1].
“El único sacerdocio de Cristo
se hace presente por el sacerdocio ministerial”[2].
El Sacerdocio Ministerial es un sacramento instituido por Jesucristo, es “El
sacramento que otorga una efusión especial del Espíritu Santo, que configura
con Cristo al ordenado en su triple función de Sacerdote, Profeta y Rey, según
los respectivos grados del sacramento. La ordenación confiere un carácter
espiritual indeleble: por eso no puede repetirse ni conferirse por un tiempo
determinado”[3]. Es el
sacramento que “permite ejercer una potestad
sagrada al servicio del
Pueblo de Dios en nombre y con la autoridad de Cristo”[4].
El gran padre espiritual San Juan de Ávila decía: “Entre todas las obras que la
Divina Majestad obra en la Iglesia por ministerio de los hombres, la que tiene
el primado de excelencia, y obligación de mayor agradecimiento y estima, es el
oficio sacerdotal”[5].
No hay comentarios:
Publicar un comentario