EL SACERDOCIO, MINISTERIO QUE HACE PRESENTE A CRISTO
SALVADOR.
En el Evangelio de
San Mateo leemos estas palabras pronunciadas por Jesús: “Yo estaré con ustedes
todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20) Jesús que es Dios y hombre
verdadero, “es la Verdad misma y como
tal ni se engaña ni puede engañar”[1]. Por esa razón ha instituido el sacramento del
Orden, para estar siempre con los suyos, “El sacramento del Orden es aquel
mediante el cual, la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles, sigue siendo
ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos”[2].
“Los sacerdotes ordenados, en el ejercicio del ministerio sagrado, no hablan ni
actúan por su propia autoridad, ni tampoco por mandato o delegación de la
comunidad, sino en la Persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia”[3]. En cada uno de los sacramentos actúa
Cristo, especialmente en el Sacramento de la Eucaristía, “en la Santa
Eucaristía el Cristo Salvador viene, por decirlo así, actualmente regenerado
por medio del Sacerdote”[4].
Su mismo ministerio les exige de una forma especial que no se conformen a este
mundo; pero, al mismo tiempo, requiere que vivan en este mundo entre los
hombres, y, como buenos pastores, conozcan a sus ovejas, y busquen incluso
atraer a las que no pertenecen todavía a este redil, para que también ellas
oigan la voz de Cristo y se forme un solo rebaño y un solo Pastor[5].
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